lunes, 5 de diciembre de 2011

LA MAKANA DEL GENERAL OLLANTA

Ollanta se bautizo en la última y decisiva batalla contra los belicosos chankas que pretendían apoderarse de la urbe del Cusco. L a batalla se realizo en Yawarpampa (pampa sangrienta), en Anta. Esta grandiosa epopeya indícola la dirigió el general Pachakuteq, que había tomado el mando del ejército imperial por necesidad, pues su hermano Urqo Waranka había dejado la ciudad del cusco completamente desguarnecida, pese a que su padre, Wiraqocha, lo había designado como su sucesor
Ollanta se presento en el campo de batalla vestido la usanza selvática, puesto que el era de origen antisuyano, iba armado con un arco y decenas de dardos en la espalda. En el fragor de la lucha demostró coraje, destreza, inteligencia y astucia y, sobre todo, conocimiento del arte y ciencia de la guerra. La cruenta batalla culmino con el triunfo de Pachakuteq .
El general imperial empezó a recorrer el campo de batalla para ayudar a los que habían sido heridos por los chankas. En esa circunstancia, diviso a Ollanta que, en el suelo, se retorcía de dolor y sangraba por efecto de un cuchillazo profundo que había recibido en el muslo derecho. Pachakuteq reconoció a Ollanta como uno de los mejores guerreros en esta batalla. Disparó sus dardos y cuando se le acabaron, lucho cuerpo a cuerpo con uno de los mejores oficiales chankas, venciéndolo. Pachakuteq, con cariño de padre, abrazó a Ollanta y le entregó su makana, diciéndole:
-¡Gracias Ollanta, ahora serás uno de mis oficiales predilectos¡ Ollanta, emocionado por recibir un recuerdo y un abrazo de la máxima autoridad del Tawantinsuyo, se puso de pie y empezó a caminar junto a él.
Cuando Pachakuteq asumió la conducción del imperio, por aclamación del pueblo, de inmediato llamo al capitán Ollanta y le encargo preparar un ejército de flecheros para las futuras operaciones punitivas. Ollanta, obedeciendo las órdenes del soberano, se dirigió a la selva de Vilcabamba (Antisuyo), y allí recluto a un gran número de jóvenes que, después de recibir adecuado entrenamiento, fueron llevados a la ciudad del Cusco y puestos a disposición del monarca.
El inka Pachakuteq trazo un plan estratégico para la conquista de nuevas tierras para el imperio.Su mira era el Callao, por su abundancia de carne (auquénidos). Confió la conducción de la campaña a su hermano Kapaq Yupanqui, y nombró como lugarteniente y jefe de los flecheros al temible Ollanta.
Cuando Kapaq Yupanqui y el ejercito retornaron del altiplano, trayendo el triunfo para el Cusco. Consolidaron el gobierno de Pachakuteq. Por sus meritos, Ollanta y sus flecheros fueron reconocidos como grandes guerreros. Después de este triunfo, el inka Pachakuteq comenzó a preparar su ejército para conquistar Arequipay.
En las diversas batallas, la fama de Ollanta y sus flecheros empezó a crecer. Ollanta no dejaba la makana que le había obsequiado el inka Pachakuteq. Ademas, se había convertido en uno de los oficiales confidentes del soberano, a quien. Después de cada batalla, le informaba del desarrollo delas acciones y también del comportamiento de los oficiales y del ejercito. En esas circunstancias conoció a la hermosa Kusikoyllor, que seria su futura esposa y por quien su corazón lucharía contra viento y marea. Progresivamente los Wankas y los Xauxas fueron cayendo en poder de los inkas y el territorio Tawantinsuyo creció aceleradamente.
Después Pachakuteq conquisto el valle del Rimac (actual lima), e hizo construir un templo dedicado al dios Pachakuteq (creador del mundo). Al mismo tiempo, en cada provincia o guamani, construyo pukaras (guarniciones) para controlar sus dominios.
Día a día, en el corazón de Ollanta iba creciendo la figura de Kusikoyllor, ¡Tanto le obsesionaba la figura de esa mujer, hija del inka Pachakuteq ¡ Ollanta se decidió a servir al soberano con alma, vida y corazón, con tal que le conceda la mano de su inmaculada hija pero, como él procedía del pueblo, se asimilaba al tratar de hacer conocer el dictado de su corazón al temido soberano trasformador del mundo.
Las operaciones militares se convirtieron en una pesadumbre para Ollanta, pues lo apartaban semanas y meses de Kusikoyllor.
Ollanta, aunque plebeyo, no era mal parecido; tenia algo de selvático, era inteligente, corajudo, de corazón sensible y sentimientos nobles. Ollanta era general y dentro de su oficialidad tenía gente de confianza, por ejemplo Orko Waranka, su lugarteniente, y Piquichaki, su abnegado criado.
Durante la campaña para conquistar al lejano pueblo de Caxamarca, Ollanta elucubrio, como presentarse y pedir la mano de Kusikoylloy, como justa retribución a su victoria. Con este fin, organizo a sus temibles flecheros para vencer a los caxamarcas de un solo golpe. Pensaba dedicar esta hazaña al inka pero, durante la acción punitiva, murió Kapaq Yupanqui, hermano del inka Pachakuteq, ensombreciendo los planes del general Ollanta. Después de las exequias de Kapaq Yupanqui, asumió la dirección militar del imperio, de su hijo, Tupaq Yupanqui, por que el gran Pachakuteq ya se encontraba en el ocaso de su existencia
Después de las dolorosas exequias de Kapaq Yupanqui, Ollanta se atrevió a llegar a la presencia del inka Pachakuteq y le pidió la mano de la ñusta Kusikoyllor. Después de escuchar sus palabras, Pachakuteq, encolerizado, boto de su presencia a Ollanta, diciéndole:
-Ollanta ¡eres plebeyo¡ ¡Quédate así¡. Recuerda quien fuiste.
Miras demasiado alto! Sal de mi presencia ¡
Cuando Ollanta salió del palacio, de inmediato boto la makana que Pachakuteq le había regalado, diciendo:
-¡Oh, Cusco, hermoso pueblo¡…De hoy en adelante seré tu implacable enemigo. Romperé tu pecho sin piedad.Destrosare tu corazón en mil pedazos y le daré de comer a los cóndores el cuerpo del inka:!ese tirano¡ Alistare a millares de antis, les repartiré armas y me veras estallar como una tempestad sobre la cima del Saqsaywaman.!Allí se levantara el fuego y correrá sangre ¡ ¡Tu, inka, estarás a mis pies y veras que tengo pocas Yuncas ¡ y cuando alcance tu cuello, me dirás: No te doy a mi hija… ¿Serás tan arrojado para hablarme ? ¡Ya no seré tan insensato para pedírtela postrado a tus pies ¡Entonces, ¡Yo debo ser inka !. Ya sabes todo, así ha de suceder muy pronto.
Ollanta se dirigió hacia Tambo (actual Ollantaytambo), seguido de su lugar teniente Orqo Waranka, de sus servidor Piquichaki y de su ejercito de flecheros. De inmediato escalo el cerro Pinkulluna, preparando galgas, y posesiono a sus temibles flecheros en las atalayas que existían en la cuenca del rio Wilkamayu.

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