Nuestros antepasados "Los Muiscas" consideraban a las montañas como el sitio donde habitaban los dioses y por lo tanto eran lugares sagrados, sentían gran respeto por la flora y la fauna, que protegían y veneraban con un profundo sentido religioso.
Realizaban peregrinaciones hacia las lagunas y allí arrojaban tesoros a sus dioses, por eso se cree que en Chingaza existen muchos tesoros escondidos.
Según una leyenda popular se dice que un cacique hechicero, se vengó de otro cacique de la región que le había hecho una grave ofensa contra su honor, secuestrando a sus dos pequeños hijos para luego abandonarlos cerca de la serranía.
Los niños asustados, solo lejos de sus padres, con hambre, tiritando de frió y abandonados en el páramo de Chingaza, lloraban y lloraban cada día que pasaba y sus lágrimas corrían como manantiales sobre la roca, formando un arroyo que llegó a una cavidad del valle y poco a poco se convirtió en laguna.
Actualmente, el páramo de Chingaza está conformado por seis municipios de Cundinamarca y cuatro del Meta, y se ha convertido en parque natural para preservar la flora y la fauna de la región, también una parte de este páramo se destinó para construir el sistema de agua potable para Bogotá y sus municipios aledaños.
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