La famosa campana denominada María Angola, que actualmente se halla en la torre de la Catedral del Cuzco, tuvo un hermano llamado Mariano. Ambos vinieron volando por el espacio, cada cual con una cadena de oro, previa apuesta: quien llegase primero a la milenaria ciudad y lograra colgarse en la torre de la Catedral, debía tocar para anunciar su triunfo. Así fue que, emprendiendo el vuelo juntos, María Angola ganó a Mariano, dejando oír por primera vez su potente voz en la Capital de los Incas; entonces, Mariano, que recién se encontraba a la altura de la laguna de Huaypo, escuchó la voz de su hermana, avergonzase profundamente de ser menos que ella y, desesperado, se arrojó violentamente a las aguas de dicha laguna, haciendo crujir su cadena de oro. Y dicen, que en cada luna nueva o cuarto menguante, sale al camino la hermosa campana de brillantes reflejos, y que cuando algún transeúnte se aproxima, vuelve a arrojarse a la laguna.
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