El curaca de Cajamarca tenía una hija muy hermosa, admirada y Pretendida por todos cuantos tenían la dicha de admirar su belleza. En cierta oportunidad, atraído por la fama de la doncella cajamarquina, llegó. A estas tierras el hijo del poderoso curaca de los chachapoyas, apuesto doncel Acompañado por un numeroso séquito, quien llegando hasta el soberano de Cajamarca le entregó el preciado regalo que le remitía su padre y además le Expuso su intención de casarse con la princesa. El curaca, cautivado por la donosura y arrogancia del noble joven chachapoyano, lo alojó en el mejor de sus tambos, dentro del palacio de Chiquichancay, dispensándole el mejor de los tratos. El pretendientePermaneció en estos parajes por espacio de un año, tiempo que aprovechó Para seducir a la hija del curaca sin cumplir su ofrecimiento matrimonial. El padre, ante la ofensa inferida, dispuso la prisión del joven y de su Séquito en las obscuras mazmorras de una prisión. Uno de los miembros de La comitiva, pudo escaparse para llevar la infausta noticia al jefe de los chachapoyas, quien enterado de los acontecimientos armó una poderosa Expedición punitiva, con el objeto de liberar a su hijo y castigar al orgulloso Líder cajamarquino. El soberano de los caxamarcas, informado de la expedición, tomó los Aprestos pertinentes para rechazar a los invasores y luego de invocar la Protección de los dioses, marchó al frente de sus ejércitos al encuentro de Las tropas enemigas. El sitio denominado Chaquil sirvió de escenario a un sangriento combateque al atardecer se definía a favor de las belicosas tropas de los chachapoyas. En estas circunstancias, el curaca de los caxamarcas invocó nuevamente laprotección del dios Ninayacu, quien compadecido de la muerte de sus súbditosenvió en su defensa al dios del Tragadero.Mientras tanto, los chachapoyas también recibieron la protección de sus dioses, los mismos que ayudaron a sus fieles convirtiéndolos en una gigantesca culebra que avanzaba inconteniblemente, diezmando a las huestes cajamarquinas que llenas de pavor se aprestaban a la huida. En ese preciso momento, el dios del Tragadero, convertido en rayo flamígero, cayó sobre la cabeza de la inmensa culebra fulminándola instantáneamente. El cadáver de aquella sierpe forma en la actualidad la Pampa de la Culebra, ubicada cerca al distrito de la Encañada, a unos 35 Km de la ciudad de Cajamarca
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