Cuentan que hace muchísimo tiempo atrás, unas personas extrañas llegaron al rio Qecha, uno de los cerros más altos de livitaca, estos eran forasteros completamente diferentes a los lugareños ya que se podía diferenciar en su atuendo y acento, tenían barbas largas, con espadas, cascos, y de ´piel blanca, probablemente fueron los españoles buscadores de oro plata en los cerros
Una vez que llegaron al cerro Qecha instalaron campamentos hechos a base de piedra, luego empezaron a cavar grandes túneles en el cerro en busca de oro. Pasaron muchos años y como encontraban mucho oro , los trabajos se aceleraban y adentraban mucho llegando al corazón del cerro según lo que cuenta esta leyenda, los barbudos un día llegaron al corazón del cerro encontraron un torito de oro, y con el escarbe dañaron a uno de los cuernitos del ídolo , por este hecho de pronto escucharon voces en el interior del túnel, que decía, Lloqsiychis kaymanta suwa runakuna, (Salgan de aquí gente ratera) que se repetía muchas veces, bueno como ellos no entendían el quechua, continuaron con sus labores ilegales. Por la profanaciones realizadas por estos malhechores, sin pedir permiso alosa pus a través de ceremonias y obtener su bendición.
El Apu Quecha se puso muy furioso y juro venganza y les hablo en sus sueños a los extraños, y les advirtió; que primero deberían realizar los pagos a la tierra, y por la profanación de la estatua, debían paralizar las obras que realizaban para que no mueran en el centro del cerro.
Pero los extraños barbudos, ambiciosos por su codicia, no hicieron caso e ignoraron los que en sus sueños habían oído, y seguían con sus faenas de minería. Una tarde, cuando el sol se perdía en el inmenso horizonte, los dioses de los Apus se reunieron en el monte sagrado Qora, para ver y decretar sobre las quejas de los Apus guardianes.
En esa reunión el Apu Qecha, se quejo de las acciones de los extraños, por lo que los dioses decretaron, que el Apu Quecha debía encerrarlos en sus entrañas.
En cumplimiento a los acuerdos de los dioses, la madre tierra envió temblores, terremotos a este lugar el cerro se derrumbo, enterrando a los extraños que estaban en los túneles de minería y los pocos que estaban fuera del cerro, huyeron huyeron esa misma noche sin dirección conocida.
En la actualidad, se puede observar estos de túneles, campamentos de piedra abandonados en forma abrupta y precipitada. Desde ese entonces, el Apu Qecha es respetado por los lugareños y en diferentes actividades siempre piden permiso para obtener sus bendiciones a través del pago a la tierra.
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