Un día, hace muchos años, un niño, sin decir nada a sus padres, se fue solo a dar un paseo a la sierra de Pulgar. Empezó a jugar por allí y la noche se le echó encima. De pronto, una gran tormenta le sorprendió y se refugió en una cueva. De repente cayó un rayo sobre la cueva y el niño se quedó sepultado dentro de ella sin poder salir. Sus padres y todo el pueblo le buscaron sin parar, pero no lo encontraron. Desde entonces todos los años esa misma noche en la que el niño desapareció, se dice que dentro de la sierra se le oye al niño pedir ayuda: ¡AUXILIO, AUXILIO, AUXILIO
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