lunes, 21 de mayo de 2012


OFRENDA A LOS DIOSES
En tiempos pretèritos, las extensas pampas de Yanawara  eran desérticas y pedregosas. Mal que bien, solo crecían algunas cactáceas gracias a las lluvias temporales  que caían sobre los arenales.
Las  personas que vivían en las orillas del rio Wilkamayu se alimentaban de pescar witas, opas qaqas y otras especies. Pero no habìan suficientes peces para tanta gente. Un día, los más necesitados determinaron ganar tierras agrícolas. Construyeron pequeñas lanchas  y las comenzaron a llenar de tierra, sobre la que plantaron papas y maíz.
La necesidad y los sufrimientos hicieron que los Wilkamayinos, hombres intrépidos. Un día ellos decidieron cruzar el largo y pedregoso desierto y, luego de caminar por las calurosas pampas, empezaron a escalar, en fila, abriéndose  camino hasta la loma de la montaña, con el deseo de llegar a la laguna de Salqaqocha (laguna salvaje) , Llevaban herramientas rudimentarias con las que pensaban abrir una acequia  que comunicara la laguna  de Salqaqocha  con las pampas de Yanawara y así  irrigarlas .
En cuanto llegaron los hombres, la laguna empezó a encabritarse, después  a agitarse  y, por último, a hervir . Como  los hombres estaban de sed de tanto caminar, corrieron hacia la laguna  para saciar su sed y luego asearse. Cuando saciaron su necesidad vital, empezaron a abrir una acequia con sus herramientas. Esto encolerizó a la laguna que , junto con el cielo y la montaña , lanzaron fuetes bramidos como nunca se habían escuchado en la tierra a los que siguieron fuertes precipitaciones  pluviales , granizadas y nevadas .Los hombres audaces , antes de caer muertos , tuvieron que abandonar sus trabajos y refugiarse en una cuevas gigantescas .
Los hombres retornaron a Yanawara sin cumplir su cometido.
Como el hambre y la sequía continuaban acosándolos, los hombres de Yanawara se reunieron  con el deseo de intentar, una vez más, traer las aguas de Salqaqocha. No faltó  un anciano  que aconsejó a los asambleístas  que llevaran una ofrenda a los dioses. Esta sugerencia fue aceptada  por   unanimidad .Pronto empezaron con  los preparativos. Las personas que llevarían la  ofrenda serian  una  pareja  de jóvenes, escogidos por sus cualidades morales. La  ofrenda consistiría en lo siguiente   una carga de sal y una de maíz, que llevarían un par de llamas. El joven cargaría un tomín  de chicha y la muchacha llevaría la coca, Wayruros, sebo de llama, astillas de chonta, agujas hilos de todo color.
Como seguía la hambruna, la gente continuaba  mirando al cielo e implorando a los dioses que se compadezcan de ellos.
La partida hacia  Salqaqocha  fue muy dramática. Los  padres de los mancebos protagonizaron escenas de dolor.
El gigantesco sol miraba desde el infinito  a la gente de Yanawara.
Cuando la expedición alcanzó la media altura de montaña, el  cielo se nubló sorpresivamente, amenazando tempestad, pero ellos seguían escalando , atrás las llamas  . La  gente seguía mirando desde  Yanawara, sin moverse de sus sitios. La joven llevaba la ofrenda envuelta en una hermosa lliqlla floreada. Finalmente, después de escalar varias horas, por fin  voltearon la montaña  y divisaron la laguna Salqaqocha. La pareja avanzaba  sin inmutarse pese a que el cielo  bramaba, caían rayos, la laguna se encrespaba. Las llamas continuaban caminando, como hechizadas, como si conocieran el lugar .De súbito, de la laguna se levantó un fantasma blanco, que cubrió a los viajeros, pero ellos continuaron desplazándose.
Abruptamente, del etéreo cayó  un rayo seco                  que estremeció   el ambiente y abrió  una profunda huella en el suelo. Luego  siguió una lluvia torrencial, acompañada de granizada. En pocos momentos , las montañas , los arboles  y los roquedales  se cubrieron  de blanco,. El cielo seguía encopetado. Sin amilanarse, la comitiva continuaba  el viaje. De pronto, vieron que las aguas de la laguna  empezaron a  arremolinarse; luego las olas golpearon los peñascos, produciendo horribles ruidos. Después  de tantos percances, la pareja   decidió acampar en un lugar aparente. Los mancebos dejaron sus bultos y empezaron a descargar el maíz  y la sal que llevaban las llamas.
Los hombres de Yanawara, permanecían en  el lugar de la despedida, ofreciendo oraciones a los dioses, invocando por la salud  de, los viajeros.
El joven se sacó el sombrero y las ojotas. De  la carga de la mujer .sacó una porción de hojas  de coca. Se arrodilló  a las orillas de la laguna. Igual hizo la mujer. Cada uno levantó tres hojas de coca, las más ovaladas  y grandes y dijeron a una sola voz :
¡Apu Salqaqocha, madre de ríos y manantes , recibe esta ofrenda , sangre de tus hijos que vienen, por mi intermedio, a suplicarte tengas la bondad de regalarnos  algunas gotas de agua para regar nuestras tierras ¡
Después los jóvenes, con los dedos, empezaron a excavar un hoyo  para depositar las otras ofrendas  que había traído la muchacha. Después  que con solemnidad depositaron la ofrenda, empezaron a vaciar encima el tomín de chicha. Acto  seguido, el mancebo tomó  las cargas  de maíz  y sal ,las levantó  y las echo a las aguas  de la laguna .En  este instante los jóvenes escucharon  que las aguas , musitando, les hablaban :
¡Los echen el maíz y la sal a las aguas .Pónganlos encima de la balsa que está  emergiendo de las profundidades  y embárquense en ella ¡
Loa célibes, sin pensarlo dos veces, se embarcaron  con las cargas  de maíz  y sal  en la bonita lancha de totora  que apareció en la laguna .Pronto, el cielo empezó a limpiarse y cesó de tronar. Súbitamente la lancha dejó  de avanzar. Abruptamente se sumergió ingresando a un túnel  lleno de luz. Los viajeros miraban el  bellísimo  panorama, lleno de colores y formas.
Las dos llamas  que habìan quedado  en las orillas de la laguna, después de llenar sus panzas con la paja de la zona , con sus patas delanteras empezaron a  abrir un portillo .Pronto , por allí, se desbordaron las aguas  y empezaron a caminar , abriendo una acequia, en dirección a Yanawara .
Después  de descansar unos días, los jóvenes trataron de retornar por el mismo camino, pero la canoa no se movió. Entonces  determinaron  quedarse  en la isla de los  Urus, dando, de esta manera, origen a una cultura en el altiplano.
Con el tiempo los pobladores  le cambiaron el nombre a la laguna, llamándola  Auroraqocha,  que significa laguna del  amanecer, por las bondades  que dio el pueblo de Yanawara.


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