CH’UKOLLU
Y LOS UKUKUS
(A los
personajes que participan delcuento, con animo de una amistad perenne)
I
LOS
INVITADOS
Despertó,
se frotó los ojos perezosamente,
saltó de su cama un poco urgido de mear, estaba en penumbra. Se dirigió a la
puerta, la abrió sin dificultad salió y pidió que apaguen las luces; obtuvo por
respuesta unas palmadas tranquilizantes en la espalda pelada, pues sólo estaba con
su trusa, ’’CH’uqullu’’ ya es de día…’’, fue el
saludo. Frotóse nuevamente los ojos y retornó a su habitación con mayor rapidez que al salir, pues el sol
ya estaba en plenitud.
Lucho
‘’Ch’uqullu’’ Guevara, creyó que era una de las totas bromas que le gastaba
Miguel Canal ‘’el loco’’ con quien compartía una pequeña habitación de la
ex_ casa hacienda, había estado destinada a la oficina de
correos, que para entonces ya no
funcionaba. Les había cedido en
préstamo Dalmiro Zambrano, un gordito
lleno de historias. Era pequeña, sin ventanas, su puerta daba hacía la
carretera, frente al puesto policial. Tenía
un menudo tragaluz, que era el único
respiradero del ambiente en el caluroso Valle.
Ya en
la habitación, casi molesto y aun
somnoliento le recriminó al loco Miguel –‘’cómo me hacen esta broma,
debiste despertarme, qué habrán dicho los ’tochis’ carajo’’. Miguel, con su
sonrisita burlona y contagiante sólo atinó a decirle que era
domingo, ‘’mas bien desperézate para ir
a Paucarbamba, al cargo de don Hugo Villagarcía’’.
-¿No
recuerdas cómo te viniste Tinkak? -
preguntó Miguel. Lucho Ch’uqullu sólo
dijo haber sido perseguido
por unos ‘’Ukukus’’ (osos) y de no ser deportista, no hubiera descansado en su dulce
camita menos pensar en ir a otra
jarana.
El día
anterior había visitado Tinkaq, sector
ubicado a dos kilómetros al este de Colca a invitación de la señora
María Campana. Renán Morales, su yerno,
era profesor en la escuela del lugar,
fue quien comunicó la invitación Lucho Guevara, su colega y a Miguel
Canal, empleado del Ministerio de
Transportes.
Habían
enrumbado a las once de la mañana, llevándose una caja de cerveza y algún pisco, pues los ‘’ kankachus’’ (asados) de la señora María, les exigiría beber; ella
era muy conocida y apreciada por su bondad.
En el
transcurso ‘’ se soplaron’’ (bebieron) una chela, por culpa del solcito
cosquilleador de gargantas. Al llegar al
caserío otra chelita con la señora María y su yerno Héctor ‘’Opalón ‘’ Zúñiga,
cuyo apodo se debía a sus grandes ojos
semidormidos, su pausada conversación
y lo calmo de su actividad.
Sirvieron el divinamente delicioso chupe de plátano con
gallina, luego asado de ‘’siwayru’’ (ronsoco), cañazo y cerveza a discreción.
Llegó el momento de cantar diversos temas de su repertorio, así como el
infaltable himno de los vallunos:
‘’yunka rata rata’’. Bailaron con las dueñas y sus hijas entre brindis, bromas
e historias, hasta que el sol empezó a esconderse tras las montañas.
¡Hip!,…
lo que es mamita, ¡Hip!, es usted una
linda persona,… ¡una madre!,… en rancho… ¡inmejorable!,… las chelas y la caña
¡ni qué decir!;… sólo estos malalenguas me friegan mucho… por mi estatura y por
esta barriguita que es fruto del cariño de mis amigos…¡A su salud! – brindó
ch’uqullu. Todos estaban bien animados o algo más.
Lucho
era bromista pero, a veces cuando alguien se excedía en bromas le mandaba al diablo, y se iba a
descansar o a continuarla en otro sitio con los ‘’paltaiqaras’’ (cáscaras de
palta) como también los moteaban a los de la policía. Claro que eso
ocurría sólo los fines de semana, luego
de un partidito de fútbol.
¡Salud
ch’uqullin Salud! – Ch’uqullu por aquí, risas por allá, hasta que en medio del
jolgorio desbordó el vaso de bromas y sólo dijo: ‘’me voy, carajo… que a
ustedes les lleve el diablo o los ukukus (osos) de la morrada,… Chao!.
Se
marchó cogiendo una botella de pisco, ya cuando las primeras estrellas
asomaban. Nadie lo atajó, pues sabían de su terquedad, además estaban seguros
que les esperarían en el poblado.
La
señora María les había contado varias historias de los Ukukus o
‘’compadritos’’; que constantemente bajaban
del monte de esa zona para llevarse racimos de plátano y atados de maíz,
por supuesto que espantando a la gente
que transitaba por esos parajes. Renán comentó que Lucho era aventado ‘’por eso y por su estatura, los
ukukus lo le harán nada, mas bien le acompañarán hasta Colca; claro… ¡hip!...
siempre que no los molesten con sus carabinas
Flavio ‘’torta’’ Garrido o los ‘’paltaiqaras’.
-No se
preocupen… locos, ¡hip!... Ch’uqullu
seguro que los va buscar a los tochis,…
de seguro a Jacinto Mamani … y si no está a Oscar Vega; ellos lo
entienden… ¡Salud!.
Continuaron
con los brindis y los comentarios referentes
a sus vivencias cotidianas, en el
plácido Valle del Yanatile.
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