sábado, 4 de mayo de 2013


CH’UKOLLU Y LOS UKUKUS
                     (A los personajes que participan delcuento, con animo de una amistad perenne)
I
LOS INVITADOS
Despertó, se frotó  los  ojos  perezosamente, saltó de su cama un poco urgido de mear, estaba en penumbra. Se dirigió a la puerta, la abrió sin dificultad salió y pidió que apaguen las luces; obtuvo por respuesta unas palmadas tranquilizantes en la espalda pelada, pues sólo estaba con su trusa, ’’CH’uqullu’’ ya es de día…’’, fue el  saludo. Frotóse nuevamente los ojos y retornó a su habitación  con mayor rapidez que al salir, pues el sol ya estaba en plenitud.
Lucho ‘’Ch’uqullu’’ Guevara, creyó que era una de las totas bromas que le gastaba Miguel Canal ‘’el loco’’ con quien compartía una pequeña habitación  de la  ex_ casa  hacienda,  había estado destinada a la oficina de correos,  que para entonces ya no funcionaba. Les había cedido  en préstamo  Dalmiro Zambrano, un gordito lleno de historias. Era pequeña, sin ventanas, su puerta daba hacía la carretera,  frente al puesto policial. Tenía un menudo tragaluz, que era el único  respiradero del ambiente en el caluroso Valle.
Ya en la habitación, casi molesto y aun  somnoliento le recriminó al loco Miguel –‘’cómo me hacen esta broma, debiste despertarme, qué habrán dicho los ’tochis’ carajo’’. Miguel, con su sonrisita burlona  y  contagiante sólo atinó a decirle que era domingo,  ‘’mas bien desperézate para ir a Paucarbamba, al cargo de don Hugo Villagarcía’’.
-¿No recuerdas cómo te viniste Tinkak? -  preguntó Miguel. Lucho Ch’uqullu sólo  dijo  haber sido  perseguido  por unos ‘’Ukukus’’ (osos) y de no ser deportista,  no hubiera descansado en  su dulce  camita  menos pensar en ir a otra jarana.
El día anterior había visitado  Tinkaq, sector ubicado a dos  kilómetros  al este de Colca a invitación de la señora María Campana. Renán Morales,  su yerno, era profesor en la escuela del lugar,  fue quien comunicó  la invitación  Lucho Guevara, su colega y a Miguel Canal,  empleado del Ministerio de Transportes.
Habían enrumbado  a las once de la mañana,  llevándose una caja de cerveza  y algún pisco, pues los  ‘’ kankachus’’ (asados)  de la señora María, les exigiría beber; ella era muy conocida y apreciada por su bondad.
En el transcurso ‘’ se soplaron’’ (bebieron) una chela, por culpa del solcito cosquilleador  de gargantas. Al llegar al caserío otra chelita con la señora María y su yerno Héctor ‘’Opalón ‘’ Zúñiga, cuyo apodo se debía  a sus grandes ojos semidormidos, su pausada conversación  y  lo calmo de su actividad.
Sirvieron  el divinamente delicioso chupe de plátano con gallina, luego asado de ‘’siwayru’’ (ronsoco), cañazo y cerveza a discreción. Llegó el momento de cantar diversos temas de su repertorio, así como el infaltable himno de los  vallunos: ‘’yunka rata rata’’. Bailaron con las dueñas y sus hijas entre brindis, bromas e historias, hasta que el sol empezó a esconderse tras las montañas.
¡Hip!,… lo que  es mamita, ¡Hip!, es usted una linda persona,… ¡una madre!,… en rancho… ¡inmejorable!,… las chelas y la caña ¡ni qué decir!;… sólo estos malalenguas me friegan mucho… por mi estatura y por esta barriguita que es fruto del cariño de mis amigos…¡A su salud! – brindó ch’uqullu. Todos estaban bien animados o algo más.
Lucho era bromista pero, a veces cuando alguien se excedía  en bromas le mandaba al diablo, y se iba a descansar o a continuarla en otro sitio con los ‘’paltaiqaras’’ (cáscaras de palta) como también los moteaban a los de la policía. Claro que eso ocurría  sólo los fines de semana, luego de un partidito de fútbol.
¡Salud ch’uqullin Salud! – Ch’uqullu por aquí, risas por allá, hasta que en medio del jolgorio desbordó el vaso de bromas y sólo dijo: ‘’me voy, carajo… que a ustedes les lleve el diablo o los ukukus (osos) de la morrada,… Chao!.
Se marchó cogiendo una botella de pisco, ya cuando las primeras estrellas asomaban. Nadie lo atajó, pues sabían de su terquedad, además estaban seguros que les esperarían  en el poblado.
La señora María les había contado varias historias de los Ukukus o ‘’compadritos’’; que constantemente bajaban  del monte de esa zona para llevarse racimos de plátano y atados de maíz, por supuesto que espantando a la  gente que transitaba por esos parajes. Renán comentó que Lucho era  aventado ‘’por eso y por su estatura, los ukukus lo le harán nada, mas bien le acompañarán hasta Colca; claro… ¡hip!... siempre que no los molesten con sus carabinas  Flavio ‘’torta’’ Garrido o los ‘’paltaiqaras’.
-No se preocupen…  locos, ¡hip!... Ch’uqullu seguro que los va buscar a los tochis,…  de seguro a Jacinto Mamani … y si no está a Oscar Vega; ellos lo entienden… ¡Salud!.
Continuaron con los brindis y los comentarios referentes  a sus vivencias  cotidianas, en el plácido Valle del Yanatile.




No hay comentarios:

Publicar un comentario