jueves, 24 de mayo de 2012


LA GRAN FUGA
Exaltación Castro era un campesino de la comunidad de Toqra, provincia de paukartambo, que en su juventud se internó en las profundidades de la selva  del departamento de  Madre de Dios con el sueño de convertirse  en un minero, puesto que de Laberinto, Waypetuay y de otros campamentos la gente comenzó a tejer  leyenda por la cantidad de oro y de las aventuras que se producían.
Exaltación, desde su infancia, había soñado, que algún día tendría una posición económica suficiente para solucionar el problema de sus  padres  y hermanos, puesto que ellos, desde sus ancestros, no habían  salido de su tierra y seguían golpeados por el hambre y la miseria.
Un día,  cuando Exaltación deambulaba   buscando trabajo _ porque le había dado de baja del cuartel_  por las calles del burgo del Puerto  Maldonado, se le presentó un caballero  de buena  presencia,  quien le habló  en forma amigable  y cariñosa diciendo:
_Oye joven ¿Tú no quisieras trabajar en las minas? Te voy a pagar un buen salario y también  vas a tener una buena alimentación.
Para el paukartambino no era tan mala la proposición,  él aceptó gustoso puesto que desde el momento que llegó a Puerto Maldonado aún no había  trabajado ni un día  en las minas, porque había sido reclutado por el ejército, por tanto era una oportunidad para cumplir con su sueño.
Después de contadas horas, el minero tenia cuatro trabajadores, sumando con Exaltación  eran cinco. Por eso, al día siguiente, _ después de comer opíparamente  y dormir en un alojamiento_ zarparon a las profundidades de la selva encima de una lancha.
Don Saturnino _ después  de navegar dos días consecutivos por un rio caudaloso, mostró  sus dominios  a los trabajadores.
Por fin llegaron a los dominios  de don Saturnino,  le salieron a recibir la servidumbre  y su señora, quienes, juntamente con los trabajadores, descargaron los víveres que había llevado de Puerto Maldonado a la mina.
Cinco trabajadores fueron invitados a servirse ricos potajes. Se  encontraban circundados  por una jungla tupida y se escuchaban los chillidos, aullidos y trinos de algunos animales desconocidos. La casa estaba construida de palos toscos techada con hojas de plátano; después que manducaron,  don  Saturnino sacó varias botellas de cerveza del depósito  de víveres y les invito para que se sirvieran.
Al día siguiente, muy temprano, los cinco trabajadores fueron llevados a un campamento para que trabajen. Efectivamente _después que recibieron una pala, un pico, una carretilla y un cubo, trasladaron tierra en sus carretillas y echaban en una  tolva y  dos obreros lavaban con las aguas dicha tierra usando los cubos, allí aparecieron pepitas de oro. Este trabajo era diario, pero lo  extraño del caso es que sistemáticamente  comenzó a disminuir  los alimentos de los trabajadores y al mismo tiempo el patrón no estaba para los pagos, sino, más bien, don Saturnino, juntamente con otros hombres andaban armados de fusiles, ¿acaso para intimidarlos?, Y al mismo tiempo se dieron cuenta que no eran los únicos trabajadores de  de don Saturnino, sino que él tenia otros campamentos en las profundidades de la selva con otras cuadrillas de trabajadores.
Exaltación Castro cuánto se arrepentía de alma el haber aceptado trabajar en las minas de don Saturnino, él se dio cuenta  que el dueño de la mina tenia gran número  de hombres armados que les vigilaban desde las profundidades del monte, acaso ellos estaban condenados a morir trabajando.
El calor era intenso, día y noche, los cinco trabajadores sudaban a diario, cotidianamente, se bañaban varias veces en el riachuelo para mantenerse frescos.
Un día Exaltación pidió a don Saturnino  que le pagara por los meses que había trabajado en su mina, pero el minero respondió  con una cachetada en el semblante y unos cuantos carajos.  El trabajador tuvo que humillarse y seguir trabajando.
La alimentación  de los trabajadores era: desayuno, almuerzo y comida a base de yuca  y plátano, Los cinco trabajadores se habían debilitado tanto que lo expresaban  lo cetrino de sus semblantes y la delgadez  de sus físicos. Dormían en rumas secas de hojas de plátano  sobre una tarima de palos que habían construido. Ellos, se encontraban desorientados  en las profundidades de la selva y tampoco tenían alguna información  de sus familiares. Ellos en los  atardeceres  añoraban sus tierras y, a veces, relataban sus vidas, las de sus padres y hermanos con lágrimas en los ojos, puesto que había perdido la noción del tiempo.
Un día,  Exaltación, en sus andanzas nocturnas, descubrió  cerca al campamento madre, un cementerio clandestino dentro del monte. De inmediato  se imagino que el cementerio alojaba los cuerpos de los trabajadores de las minas de don  Saturnino,  ¿acaso caídos en el trabajo o fusilados por alguna rebeldía? A este hecho coadyuvó la presencia  de un enfermo, quien le relato con lujo y detalles que don Saturnino  debía muchas vidas y que su riqueza era el resultado del trabajo gratuito de muchos hombres que habían sido engañados en Puerto Maldonado.
Exaltación Castro comenzó  a elucubrar cómo salir de la profundidad de la selva para librarse de esta esclavitud a la que había sido sometido.
Ciertamente, un día le llegó la noticia  de que en el domingo próximo  seria el cumpleaños de don Saturnino, y que se festejaría con su gente de confianza en el campamento madre. Por fin para Exaltación se le presentó la oportunidad de vivir o morir. El  paukartambino, después de culminar con los trabajos del día sábado, juntamente  con sus compañeros se desplazaron por el  monte, burlando la vigilancia de los centinelas y fueron al campamento madre machete en mano.
Ya la jarana había empezado. Exaltación y su gente furtivamente, miraban, desde su escondite, cómo bebían gran cantidad de cerveza después de servirse sendos platos de comida con carne. Para  esta fecha don Saturnino había traído desde Puerto Maldonado mucha cerveza en lanchas para un gran número de invitados, dueños de las minas cercanas y acopiadores de oro.
¿Pero, por qué Exaltación Castro había llegado a la selva? Su padre un hombre por demás  cruel,  en repetidas oportunidades le  había zurrado por simples hechos; un día, cuando Exaltación pastaba las ovejas de su padre en la loma de una montaña, se le perdió uno de los animales  ¿qué había pasado? Un zorro había separado una de las borregas de la tropa. Entonces Exaltación al  enterarse  de la pérdida de la oveja, no  quiso regresar a su casa,  prefirió perderse e ir  de pueblo en pueblo trabajando, hasta que,  finalmente, soñó internarse en las profundidades de la selva para convertirse en un hombre rico.
Tanto era el contagio de la jarana, que los guardianes también ingresaron en la fiesta dejando a un lado sus obligaciones de resguardar  y proteger al dueño de las inmensas minas y a  los acopiadores. Exaltación Castro saliendo de su escondite saltó  como un tigre sobre un guardaespaldas al que desarmó en un santiamén y luego arma en mano redujo al resto de los  gendarmes _ que se encontraban  beodos en la puerta de la inmensa habitación. Después armó a sus cuatro compañeros,  quienes sin saber disparar también amenazaron a toda la concurrencia y los encerraron en una habitación amplia, partieron luego hacia la orilla del rio, y se apoderaron de las lanchas. Antes de embarcarse dispararon al aire varios chorros de  balas encima de la vivienda del minero para intimidarlos. En es preciso  momento aparecieron el resto de los trabajadores de las profundidades del monte, y también  se embarcaron en la lancha.
Presto, Exaltación Castro junto con sus  compañeros surcaron el rio Blanco. El jefe de los rebeldes, recién relució su habilidad  de timonear la lancha cosa que había  aprendido en el cuartel, no  solamente la conducción de la lancha, sino también el manejo de armas.
Después de recorrer la selva durante varios días, por fin, llegaron a su meta y, antes de pisar tierra, hundieron la lancha en  las profundidades de las aguas para borrar toda pista.
Exaltación Castro y sus compañeros, ¡estaban libres! Allá en las minas quedaban los malos recuerdos y también la canalla  de don Saturnino  y sus invitados.

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