EL COLGADO
Pachakuteq fue el estadista más grande que tuvo el imperio
de los inkas. Antes que se coronara como
soberano, la sociedad se hallaba en una etapa de descomposición.
¡Para el monarca fue
un gran desafío salvar a tan grande
sociedad!
Desde su infancia, el inka Pachakuteq fue un gran
visionario. Se había formado para trasformar la sociedad. Durante su reinado
incorporó a sus dominios, violenta o pacíficamente, a muchos pueblos vecinos.
Si es que no podía realizarlo por estos dos medios, utilizaba un tercer
sistema, llamado de mitimaes, o traslado forzoso de poblaciones enteras de un lugar a otro.
El gran Pachakuteq, después de vencer a sus adversarios les
ofrecía la paz, luego les entregaba productos de primera necesidad,
especialmente alimentos; seguidamente les proporcionaba vestidos ala usanza del Tawantinsuyo. Después de esta labor de
conciliación, el inka se dedicaba a
organizarlos dentro del sistema inkaiko, pero respetando sus gobierno.
Posteriormente se dedicaba a realizar las obras fundamentales como
apertura de caminos, acequias, etc.
El inka estaba
informado sobre el estado de los
trabajos que se estaban realizando a lo largo y ancho del imperio. Esta
información se la proporcionaban las propias autoridades locales y los tukuyrikuq
(espías) que recorrían el imperio clandestinamente. El soberano tenía por
costumbre llegar sorpresivamente a los pueblos o comunidades que tenían problemas y daba
soluciones en el lugar de los hechos.
Los tukuyrikuq eran gente seleccionada del
imperio que, durante un tiempo, recibía adiestramiento y preparación en centros
especiales.
El primer problema que afronto el gran estadista fue contra la
casta sacerdotal del Cusco, que tenia un gran poder político, poseía muchas
propiedades y riquezas, y tenia enorme influencia en las decisiones del
gobierno.
¿Qué hizo el inka? Construyó nuevos santuarios en Pachakamaq
y Pariacaca con el fin de descentralizar el poder religioso y, de esta manera,
debilitar el control de la casta
sacerdotal.
Cierto día, el inka llegó sorpresivamente al valle de Yukay, pues tenia informes que el
Kuraka de ese lugar se había dedicado a holgazanear y enriquecerse con las tierras del sol y del inka. Para no
alarmar a los pobladores, el inka envió a un grupo de personas para que investiguen la situación del Kuraka,
mientras que él proseguía hacia la zona
de Ollantaytambo, donde inspeccionaría algunas obras.
El inka Pachakuteq hizo construir las fortalezas de
Saqsaywaman, Machupiqchu, Ollantaytambo, Así
como abrir los cuatro caminos que conducían a los suyos en que había dividido el territorio para su
mejor administración.
Cuando el soberano retornó
a Yukay, llamó de inmediato a los investigadores para que le informen pormenorizadamente sobre la situación del Kuraka. Después convocó a los súbditos del lugar para que lo juzguen.
La tarea del Kuraka
de Yukay fue hacer trasladar pedrones de la zona de Cachikata (cantera
de Ollantaytambo) hasta Yukay para emplearlas en la canalización del rio
Wilkamayu. Además del incumplimiento, el
Kuraka se había apoderado de las cosechas
de algunas tierras del inka y del dios Sol. El Kuraka era pariente
consanguíneo con el inka, por eso él le
había encomendado estos urgentes
trabajos en la zona de Yukay.
Cuando concluyó el juzgamiento y se iba dictar sentencia, el
Kuraka se postra a los pies del monarca, llorando y pidiendo clemencia, a la
vez que trataba de justificar su conducta con mentiras. Al ver esta actitud, el
emperador se encolerizó. De su boca salió como un fuego la siguiente sentencia: ¡Ama llulla, Ama sua, Ama quella¡
(No seas mentiroso, no seas ladrón, no seas ocioso). Desde aquella oportunidad,
estas frases se han convertido en ley en
el ámbito del imperio del Tawantinsuyo.
Después, el soberano ordeno que el Kuraka sea colgado, en un
lugar aparente, para que sirva de ejemplo a todos los habitantes del imperio.
El Kuraka fue conducido frente al pueblo de Wayllabamaba,
después lo subieron al cerro Wayrawasi y, en un lugar aparente, junto al rio
Wilkamayu, en un lugar del camino que
conduce hacia Urubamba Kalka, fue colgado del cuello con un dogal.
Desde esa época este
cerro se conoce como Wayoqollo, que significa: eliminación por colgadura.

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