jueves, 3 de diciembre de 2009

PACHAKUTEQ CONTRA LOS CHANKAS


Los gobernantes incarios se dedicaron a expandir sus territorios, con t odas sus fuerzas pero, un día se escucho que de la zona de Apurimac, el ejercito Chanka, con mas de cuarenta mil guerreros se venia a la ciudad del Cusco. Esta noticia causo espanto en la ciudad cusqueña. Pese a su edad. El Inka Wiracocha envió emisarios para que le informaran detalladamente sobre los invasores.
El inka Wiraqocha ya no estaba en capacidad de defender la ciudad de imperial, en su reemplazo nombro a su hijo Urqo Waranka para que dirigiera la defensa del burgo sagrado.
Los emisarios retornaron de las tierras chankas con la noticia de que no eran cuarenta mil, sino más de doscientos mil guerreros, bien armados, y se dirigían al Cusco. Aterrorizado Urqo Waranka dejo desguarnecido el Cusco y presa de miedo se refugio en la zona de Kalka.
El pueblo cusqueño se encontró totalmente desesperado y sentía que nada podía hacer frente a este suceso inesperado. Pero la gente fijó su mirada en el segundo hijo del inka Wiraqocha (Inca Yupanqui que cuando se coronó, tomó el nombre de pachakuteq). El se encontraba vacacionando en Ch´itapampa (actual Corao), después de haber vencido una cruenta batalla.
Durante la noche el dios Wiraqocha (también padre de Pachakuteq se llamaba Wiraqocha), se le apareció entre sueños y le dijo de inmediato que partiera al Cusco. Que había quedado desguarnecido. Además le ordeno que lo defendiera y que si lo cumpliera hasta las piedras se convertirían en soldados para luchar contra los invasores.
Cuando Pachacuteq despertó de su profundo sueño, partió inmediatamente al Cusco seguido de un contingente militar. Al llegar comprobó que la ciudad estaba desguarnecida y que los pobladores se encontraban desesperados. Inéditamente tomo varias decisiones: en primer lugar tomo el mando del ejercito imperial; después decretó el servicio militar obligatorio para todos los varones pero, cuando los contabilizo se dio cuenta que no eran suficientes para la defensa. Entonces vio por conveniente incorporar a las mujeres en la lucha. Dentro de esta selección se distinguió una mujer, llamada Anawarque natural de Choqo, quien se había responsabilizado de organizar al elemento femenino de su comunidad y de toda la zona de Paruro. Ella se presento con un batallón de mujeres voluntarias para defender la urbe imperial… después Pachakuteq ordenó a las mujeres trasladen todas las piedras menudas a una colina del cerro Tika Tika, mientras destino a los hombres a los bajíos, en la zona de Karmenka donde debían cavar profundas zanjas y plantar en ellas miles de palos mirando el filo hacia el cielo. Igualmente mando a traer soldados de las provincias cercanas.
Después se organizo la defensiva. Pachakuteq convoco al consejo de ancianos, presidido por su padre, y les planteo la estrategia de defensa de ciudad imperial. Luego de un arduo debate se aprobó un esquema de lucha y seguidamente cada jefe salio con una misión especifica.
El jefe del ejército imperial organizó a sus soldados en batallones y los distribuyo en flancos. El con el cuerpo central del ejército, marcho hacia las alturas de Limatambo, donde colgaron grandes piedras en lugares estratégicamente elegidos y aguardaron ocultos a que los Chankas pasen por esas montañas.
El resto del ejército se distribuyo por lugares ya establecidos, hombres y mujeres conjuncionados. La MamaAnahuarke organizo a las mujeres y a los niños para que ayuden con la logística y abastezcan los lugares estratégicos.
Cuando los chankas pasaron por Limatambo abruptamente de las montañas les empezaron a caer las gigantescas piedras que aplastaron a muchos de sus soldados. El ejército invasor pugnaba por apoderarse de las alturas de Limatambo pero no lo lograron.
Pero finalmente los chankas flanquearon la cumbre de Limatambo, prosiguiendo su marcha rumbo a la ciudad del Cusco por las pampas de Anta. De pronto de ambos márgenes, empezaron a salir destacamentos militares que con sus temibles hondas disparaban piedras contra el ejército invasor y luego desaparecían luego de esporádicos enfrentamientos.
Pachakuteq sabía que antes de ingresar a la quebrada de Pucyura y Poroy, el ejército chanka debería acampar en la zona de Izcuchaca para pasar la noche. Y preparó una maniobra.
Cuando llegó la noche, Pachakuteq rompió la costumbre de no combatir de noche. De pronto en los cerros se encendieron fogatas: los hombres lanzaban gritos de guerra acompañados por pututos. Todo esto estremecía el alma de los invasores, que aguardaban plantados en su sitio, con sus armas listas para defenderse. Pronto la ofensiva se inicio por todos los flancos. Los chankas fueron cercados recibiendo hondazos, dardos de fuego, etc.
En la madrugada del día siguiente, el ejercito chanka continuo su marcha hacia la ciudad del cusco, forzando el paso de Puqyura, Cachimayo y Poroy. Pero en el cerro de ambas márgenes estaban apostados los defensores del Cusco que los atacaron con temibles galgas
Furibundos hondazos y certeros flechazos. Mientras por la retaguardia un pelotón de combatientes los fustigaba sin darles posibilidad de retirarse.
Cuando el aguerrido ejercito chanca se asomo a las colinas del cerro Tika Tika fue recibido por un lluvia de flechas lanzadas por Mama Anawarque quien estaba apostada en la primera fila lista para guerrear. Los chankas tuvieron que pasar rápidamente a la defensiva por la cantidad de gente que los atacaba.
Cuando llego la noche, los bajíos de Tika Tika se convirtieron en el centro de la guerra. Los inkas atacaban a los chankas con todas las armas disponibles. Lo que mas llamo la atención fue los bolos de fuego (paquetes de ichu mezclados con grasa), produciendo desconcierto y desesperación en el campamento chanka, donde empezaron a arder las improvisadas carpas que alli levantaron es mas no podían sofocarlo por carencia de agua a eso se sumaba la inmensa humareda que perturbaba la visión de los chankas.
Pero el general Hanko Ayllu, jefe máximo del ejercito chanka, decidió pasar a la ofensiva puesto que, de ser así no podrían resistir la ofensiva Inka. Toda la maquinaria bélica invasora comenzó a elevarse por la cuesta del cerro Tika Tika, obligando a retroceder a los inkas. Los chankas se posesionaron de la colina y empezaron a bajar en veloz carrera hacia la zona de Karmenka. Ya se sentían vencedores, puesto que se les oponían escasas escaramuzas. Cuando de pronto los hombres empezaron a caer en profundos fosas en cuyas bases estaban las filudas estacas. A la retaguardia les seguía el ejercito Inka, rematando a los agonizantes. Los generales enemigos cayeron muertos en esta trampa. Así murieron Astu Huaraka, Umay Huaraka y los mas valiosos generales del ejercito chanka.
Karmenka se convirtió en una lucha cuerpo a cuerpo Mama Anawarque aprovechó la oscuridad par atacar con su ejercito de mujeres.
Al ver que sus mejores oficiales habían caído muertos, el ejercito chanka comenzó a retroceder. Esta debilidad fue aprovechada por Pachacutec que paso a la ofensiva. Hombres y mujeres eran abastecidos por los niños que cargaban los proyectiles para hondas mortales ¿ no fue acaso que en ese momento, que las piedras se convirtieron en soldados, conforme lo revelo el dios Wiraqocha al inka Pachacutec?.
El ejercito chanka empezó a abandonar las tierras sagradas del cusco y retrocedieron por la misma quebrada por donde habían llegado pero la presión ofensiva de los Incas que el jefe máximo de los invasores, llamado Hanko Ayllu, se vio obligado a buscar un lugar favorable para dar batalla a los cusqueños. El ejercito chanka tenia pocas armas ofensivas y defensivas. El ejército inka se incrementó con la llegada de refuerzos antisuyanos. La mayor debilidad del ejercito chanka era su alimentación porque en el trayecto no los encontraron ya que los inkas habían dejado los campos limpios de alimentos y animales.
El General Hanco Ayllu se ubico en un lugar aparente para dar batalla a los inkas. Era la pampa de Anta. Los chankas se aposentaron en los bajíos de un cerro. Pero Pachacutec no les dejo ni un momento para descansar arremetiéndolos con todo. Las huestes chankas se pusieron a la defensiva casi sin poder realizar ningún movimiento. La batalla empezó a muy tempranas horas. La moral de los inkas estaba al tope. Para el anochecer a los chankas no les quedaba mas remedio que fugar, atacados por el hambre, sueño, el cansancio sobre todo.
Después de la batalla los héroes de la resistencia llamaron a este lugar Yawarpampa (pampa de sangre) puesto que allí quedaron muertos treinta mil soldados chankas muertos y mas de ocho mil soldados inkas.
Pachakutec ingreso al Cusco como un héroe. Después de vencer la resistencia de su hermano Urko Waranka fue coronado inka del imperio tawantisuyano.
Hanco Ayllu, emprendió un largo y doloroso éxodo hacia el norte (selva de Huanuco) para vivir en libertad sin tener que someterse a la égida Inka.
Pachakuteq se casó con Mama Anawarque. Hoy los comuneros de Choqo le han puesto a una montaña el nombre de Mama Anawarque, como diosa protectora de esa población.

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