martes, 20 de octubre de 2015

CUENTOS ANDINOS: PARES, PARES, PALOMITA


Hacia buen tiempo habían espigado los trigales. Estaba próximas la cosecha, la siega del trigo la habían realizado personalmente, el viernes. Ahora les tocaba trasladar a la era, pero para trasladar  se necesitaba  gente, menos la tenían por que en ayni habían ido a trabajar a muchas casas por tanto les debían, solamente, para el traslado le faltaba notificar y citar la fecha para el acarreo del trigo.
Su mujer, hacia buen tiempo que había partido a la eternidad, él la quería con el alma, en cada lagrima de sus hijos, recordaba a su finada esposita. Ahora para sus vástagos tenia que hacer de madre y Padre, levantarse temprano a preparar el desayuno y almuerzo para todo el día, luego él partía  para hacer ayni en los sembrios , en el traslado de chala,  en la roturación  de las tierras baldías; retornaba a su casita muy preocupado  por sus retoños y a veces les encontraba llorando, con refrios y fiebres altas. Manuel corría hacia el fogón para prepararles un matecito.
Hermelinda, una mujer llena de cualidades, le servia a su marido desde el amanecer hasta el anochecer. Lucas, todos los días partia a trabajar a la cooperativa y a la hora de almuerzo llegaba Hermelinda cargada de mote y chicha y jalando el potaje. Ellos a la hora del descanso disfrutaban, comentando el porvenir de sus hijos,dela fecha de las faenas agrícolas, de las próximas lluvias y cosechas.
Habian sido cooperativas, porque los progenitores de Lucas y Hermelinda fueron eternos servidores de la hacienda Moyoq y, para  esta familia, con la reforma agraria su situación no había variado puesto que el sistema de trabajo seguía igual, a veces, hasta peor; sin embargo, para los dirigentes la vida si había cambiado puesto que ellos ya no trabajaban en el campo y ahora se dedicaban a administrar la cooperativa.
Habian engordado, porque la dirigencia se movia en carros, y se olviadaron de su pobreza; a los runas calmaban su hambre con  chicha y trago en algunas fechas significativas; en fin, la situación estaba peor.
¡El sol resplandecía!
Los maizales estaban siendo deshojados y trasladados en camiones al tendal, las mazorcas llenaban las inmensa pampa,  las gentes comentaban: esta cooperativa cuànta plata todavía agarrarà ; desgraciadamente, para los runas nada iba a quedar, los dirigentes què negocios sucios harian, sin embargo , estas gentes  siempre andan fingiendo pobreza.
La faena agrícola avanzaba, niños, mujeres y hombres trabajaban a una voz, al medio se sentaban, como moscos sobre la carne, para intercambiar diferentes potajes y en el centro una manta de mote albo, luego, para cerrar, vasos de chicha y trago.
Lucas estaba de cargador, _subía al camión los costales de maíz-, animados cargaban a la carrera y en competencia; las chichas daban animo, los tragos, mejor todavía; las bromas de doble sentido era cosa común; en eso, el camión rojo arrancó con el maíz, Lucas por un descuido se precipitó  de cabeza al suelo y la caída fue mortal, se había quebrado la nuca, la gente se agolpó para socorrerle; era tarde, estaba muerto.
La misma noche lo velaron en la cooperativa, al dia siguiente fue llevado al cementerio, llovieron  discursos de promesa para ayudar a la viuda, bebieron los runas chichas y tragos en  abundancia, la institución gastó todo para el entierro.
Por fin Manuel, con mucho esfuerzo, hizo traer las cargas de trigo de las alturas de Wayllabamba. Desde esta fecha para Manuel se multiplicaron las obligaciones puesto que tuvo que dormir en la era, cuidando el trigo, en las noches tenia que ir a su casa a fijarse de la situación de sus hijos huérfanos, recordaba los momentos en que  necesitaba el apoyo de su linda y adorada mujercita que ya descansaba en paz, a veces las lagrimas le caían, cuando soñaba con ella, que estaban juntitos en un solo nido junto a sus pichones, pero al despertar, nuevamente, la pesadumbre se le venia.
Hermelinda, todavía vivía de la esperanza que los socios de la cooperativa le iban a colmar de productos para la mantención de sus hijos; pero no asomaba el día en que lleguen sus productos;  paulatinamente, se le estaban agotando  por que su finado esposo le había dejado en el troje. Hermelinda, para paliar el hambre de sus hijos solía ir de cocinera a la casa de los vecinos,  principalmente, en los trabajos del campo puesto que ella no tenía un surco de tierra para decir que era propietaria. La gente se compadecía de Hermelinda por que los dirigentes de la cooperativa la habían descalificado como socia porque ya no participaba en las faenas como un hombre.
Don Manuel después de pisar varios días el trigo en la era, con un yunta de ganado por fin, comenzó  con la limpieza del producto aireando con las horquetas. Después de este cometido,  Manuel se decidió llamar a algunas amistades para que le ayuden a ensacar después de la ceremonia. Para tal efecto trajo una botella de aguardiente para invitar a sus colaboradores  mientras que, en una trilla cercana, un grupo de campesinos bebiendo chicha comentaban.
_Da pena la situación de nuestro hermano Manuel, con sus cinco hijos a la espalda, para trabajar tiene que estirarse a todo lugar, ya pasan años de viudez, èl  debe conseguir una esposa.
_Pero ¿què mujer puede quererle con tantos hijos menores?
_Mira, la pobre Hermelinda, ahora pasa suma penuria también con sus cinco hijos, las gentes dicen que esa mujer es ‘’silla de carga’’.
_Ah, verdad ¿por què no le sugerimos a Manuel que enamore a Hermelinda?
_Esta bien _dijo Julian Torres.
El cielo arrebolaba, después de ensacar las cargas de  trigo Manuel se retiró a su bohío arreando a las bestias.
Juliancha, era un hombre de mil venturas, estaba llamado a servir a la patria, muchas veces vino la policía en su busca, èl siempre se fugaba. Pero un dia cayó en las manos de la policía y, fue llevado como recluta para servir a la patria. Asi en un momento de  descuido se aventó  al riachuelo Tullumayo, y se metió al sifón, el  policía corrió  tras Julian para capturarlo. El resto de los reclutas aprovechò para fugarse. Julian caminò en la oscuridad del túnel y llegó hasta el rio Vilcanota, el frio le mataba, esperó la noche para salir del sifón. Esta fue una burla màs a la policía.
Después de la conversación de los vecinos de Manuel Juliancha tomó la decisión  firme de unir a Hermelinda y Manuel; en efecto, con días de anticipación  planificó  cómo unirlos.
Un dia se presentó en casa de Manuel con el pretexto de solicitarle que le ayude a trabajar. Después de un corto dialogo le dijo:
_Manuel. ¿no sabes?
_Què?
_Le he conversado.
_Adivina,.
_Pero ¿Què cosa voy adivinar?
_Sabes, Hermelinda está enamorada de ti.
_Quien ha dicho ¿cómo lo sabes?
Julian dejó a Manuel con una incógnita en su mente, él después de la platica  se fue en busca de Hermelinda. A ella la encontró en la casa de su madrina Cristina: Cocinando para los trabajadores. Julian se metió en la cocina llevando una soga simulando ayudar a la señora Cristina en sus trabajos. El muy bandido Julian buscó una oportunidad para decirle:
_Hermelinda.
_¿Què quieres?
_Estàs bella como una flor
_Ya… Siempre tu con tus bromas
_Es cierto, lo que te estoy diciendo, pero  quiero decirte una cosita.
_¿Què cosita?
Hermelinda pensó que Julian le iba a proponer algo de amor _el cholo bandido a su mujer la había dejado plantada en la puerta de la iglesia el día de su matrimonio; el bandido dejó a su novia arguyendo que tenia deseos de miccionar y, con ese disimulo, salió para no más aparecer,  le aguardaban al cholo sus padrinos, el cura, que cansado tuvieron que retirarse_.
_Hay un hombre que está enamorado de ti.
_¿De mi? Quien se va fijar en mi persona.
_Si, de ti.
_Por favor Juliancito. Dime ¿Quién es?
_Ja, Ja, Ja, _ se carcajeo  Julian al ver la preocupación de la mujer; seguidamente lla dijo algo atormentada.
_Tù, te estas burlando de mi.
_No . Es cierto.
_Ah. Me voy, te has burlado de mi.
_No, espera, un rato.
_No. Tù te estàs burlando
_Es cierto, sabes ¿Quién està enamorado ¿ Es Manuel Cuyro.
Hermelinda, cuando escuchò el nombre de Manuel: sonrio y hasta se ruborizó; luego se retirò a su chosa con la idea en Manuel: Ella durante la noche pensó: ‘’Si te propusieras vivir conmigo te serviría como una esclava, sè que tienes terrenito, construiremos una casita para los dos’’.
Manuel, en pocos días había transformado, iba al encuentro de Hermelinda muy bien afeitado y aseado. El bandido Juliancha al verlos a los dos en el pueblo decía: Creo que pronto la vacuna va prender. Hermelinda igualmente muy bien trenzadita y aseadita intentaba ir en ayuda de los familiares de Manuel.
Un dia, don Mariano Cuyro tenia la siembra de maíz y había solicitado a su sobrino Manuel que le ayudase a sembrar. Despues de almorzar  en la casa partieron a la siembra con otros trabajadores màs. De pronto, llegó Hermelinda a la casa de don Mariano, con deseos de ayudar en la cosina. Ella fue muy bien recibida puesto que faltaban mujeres para cocinar. Cuando llegó la hora del picante, Hermelinda partió hacia la chacra llevando el potaje, justo cuando los trabajadores descanzaban debajo de un árbol de capulí para yantar el picante. Hermelinda sirvió a los trabajadores un agradable palto de nabo. Manuel no dejaba de admirarla a Hermelinda, ella, de igual manera, no cesaba de mirarle de reojo. Cuando culminaron de yantar, la mujer retornaba a la casa de don Mariano, pero con el corazón partido de amor; mientras que Manuel se quedó como una avecilla herida, que no podía dejar de pensar en Hermelinda.
Por fin llegó la noche, los trabajadores después de culminar con la siembra, llegaron a la casa de don Mariano, ellos, después de manducar la rica merienda bebieron abundante chicha y aguardiente, ya a solas Manuel le dijo a Hermelinda:
_Herme, te amo.
_Ja, Ja, Ja,  ¡No me hagas reir!
_Esta noche quiero robarte.
_¡Ja, Ja, Ja, no me hagas bromas!
_¡Esta noche quiero llevarte a mi choza!
_¡Ja, Ja, Ja, què gracioso eres!
_¡Esta noche quiero hacerte mia!
_Ja, Ja, Ja, què burlón eres!
Hermelinda le daba golpesitos en el brazo y Manuel le aprovechaba para responderlo.
Después de la jarana, el par de palomitas se perdieron en los matorrales, soló la oscuridad quedó como testigo.
Al dia siguiente, Hermelinda despertó convertida en la dueña y señora de la casa de Manuel. Juliancha rondaba como el zorro buscando noticias para reírse.
Los dos amantes se unieron para siempre, el hogar había aumentado y comenzarían con la segunda partida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario