Los Arrieros del Valle y el Nina Karru (parte III)
III
LOS PASAJEROS
Nicasio continúo su relato; todos
pensaban que era broma, pero él cada vez más
sereno prosiguió:
-Hay, caraju, il día tris si van
dundi la Benicha- llegaron, jaranearon con abundante cañazo, tayta cura se
rinde y aplaca los pecados de la pobre Benicha, después el sacristán y al amanecer del cuatro el tayta cura ya pedía
más chimuka, pero su cuerpo ya no estaba con fuerza, su espíritu se escapaba.
-Arrichu cura, caraju- comentaron
los arrieros.
-Nuis tudu- prosiguió- el cura se
puso celoso y le amenazò a su sacristan con despedirlo, si seguía gozando en su
delante con la Benicha.- ¡Hum!. Esta se encabritó, pues el cholo estaba con
fuerza y no quería soltarla. Por eso de cólera
planearon despacharlo al padrecito a la gloria y prepararon, después de
tres noches, un buen macerado de ‘’supay qarqo’’ (vota diablo) para darle
pasaje.
-Kakallau, Binicha, ay si tayta,
sistaba picandu; cùmu al padrecito catulicu, apostùlico, rumanu; ¡takau!...- protestaron
en comentario los arrieros.
-Si puis, piru la cuarta nuchi,
estaban ya sin caldu di chimuku- ja,ja,ja, ¡Hum!- prosiguió don Nicasio- y
entonces el masato les cogió y confundidos se tomaron los tres el veneno.
-Que cujudus caraju, nuabràn ulido
siquiera; ay kharay, ¿y tayta?...
-Si muirin puis, sin hablar- suspiró-
sin decir pío pío. ¡Ay!, pero la mula era de fuego y se murió en su ley.
-! Qui cujudus!- replicaron- si
un hubiéramos visitau aunquisia a viijita.
-! Càllinsi puis!- reprendió don
Nicasio- eso no es todo; en eso aparece un nina carru, ardiendo, lleno de
demonios; los tres muertos resucitan se ponen de pié y se suben al carro, para
irse al infierno en cuerpo y alma –Hum- es que la Benicha se acostaba también
con el Satanás y éste se puso celoso y se los llevó, cura y sacristán y todo.-
Hum- se puso celoso y se los llevó, cura y sacristán y todo.- Hum-
-! Piru, si nuay carru ni in la
Calca!... exclamaron todos-
-No sian cujudus- replicó
Nicasio- Ya he dicho pues que del infierno ha venido, porque Satanás quería
estar con la Benicha y de celos se lo llevó al padricitu catùlico, apustùlico,
rumanu con su sacristán, para que hiervan en el tacho rojo…
-! Hay, caraju, ahura si nus
asustamus!; Jisùs María, Jùsi, Amin…
-Esta vez mi tayta estaba
saliendo a Calca con su piara y aquí mismito se había alojado, porque este
también todavía su abuelo había construido.
-¡Atakau! – Exclamaron todos y
pidieron aguardiente.
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