domingo, 10 de junio de 2012

LA PISTHAKO ANSELMA
Una noche, al borde de una acequia apareció el cadáver de un labriego joven; antes de morir había sufrido muchas contorsiones de dolor, lo manifestaba las yerbas, las charamuscas y el pantalón  raído en la parte de las posaderas.
María durante la noche no  pudo dormir por la preocupación, pues no volvía su esposo. En consecuencias muy de mañana se fue en busca de su marido David. En el camino preguntaba a uno  a otro vecino, pero nadie le daba razón;  hasta que finalmente un parroquiano  que venia  con una pala al hombre le dio la infausta noticia que su marido se encontraba  muerto a las orillas de la acequia. María, de desesperación  soltó  un grito de dolor y corrió al  lugar del hecho. Después de una caminata por fin, encontró a David muerto.
Esta desgracia sucedió dos días antes de Cruz Velakuy (velada de la cruz) la nueva se propaló con el mensaje que un ñakacho (degollador)  había degollado a David.
La muerte de David afectó la fiesta de Cruz Velakuy, pues durante la noche los jóvenes y viejos dejaron de ir donde el carguyoq (Alfredo) llevando troncos y palos sustraídos de los vecinos para comer asado de  carne y beber abundante chicha y aguardiente.
Después de esta fiesta del pueblo, los pobladores no salían por las noches a las calles, mucho menos iban a las chacras a cuidar los maizales.
 Otro día, en Urquillos sucedió otro caso inesperado, cuando un grupo de campesinos, después de trasladar cargas de maíz, se retiraban a sus casa, notaron que dentro de unos maizales caminaba un fantasma, sin pisar en el suelo y tenia una capucha franciscana y dejaba un olor insoportable. A los agricultores se les pasó los pocos tragos que habían tomado; y aceleraron los pasos hacia sus casas.
 Al día siguiente la noticia se propaló por toda la comarca diciendo: que un grupo de campesinos habían sido atacados por un fantasma. Esta noticia no solamente se extendió  por las  comarcas circunvecinas, sino también por los pueblos cercanos.
La conversación de los agrarios y amas de casa giraba entorno a las novedades, estaban traumados con esos extraños hechos, y  veían apariciones  y muertes intempestivas.
Un día, llegó la noticia a Wayllabamba de que en Yukay un joven había sido degollado por una mujer, ella había sido sorprendida por un hombre y dejando sus instrumentos y parte de la grasa que había extraído del abdomen fugó por entre los maizales.
La gente, hablaba de una tal Anselma, quien tenia la costumbre  de viajar por los pueblos vecinos.
Un día, estaban reunidos debajo de un árbol frondoso de capulí, un grupo de campesinos para tomar chicha juntamente con el dueño del terreno. Ellos, después de un par de vasos, conversaban de todo; finalmente el dueño de la chacra les dijo:
_ Caramba, tanto han hablado de esa pisthako, ¿por qué no nos atrevemos todos y una noche la agarraremos y luego la traeremos  amancornada  con sogas?
_Ay, patrón es que no conoces; si te  contara lo que es un  ñakaq (degollador) ellos andan en alianza  con el diablo.
_A ver, cuenta don Pedro, _dijo el dueño de la chacra,
-Una noche veníamos con mi mujer de la hacienda  Yaravilca, escuchamos que alguien tragaba el maíz,  la manera de morder era muy rara y hasta exagerada. Yo, tomando valor me aproximé, era un mono gigante, la bestia notó mi presencia, de  inmediato se achicó y se convirtió en un perro,  que aullando se me escapó.  Los  tragos tienen fuerza, seguí pero sufrí un tropezón horrible, que ni más pude moverme; pero, felizmente, mi esposa me despertó, y tomé valor para irme a casa, patrón, toda la noche no dormí, amanecí con fuertes fiebres y quedé hecho un cadáver.
 El patrón miró a los campesinos, luego de escuchar atentamente el relato de Pedro y dijo:
_ ¿Que hace un pisthako cuando  a uno lo coge?
Nicolás, tomó la palabra y habló con semblante muy serio y las palabras que soltaba parecía que se cumplían:
_El degollador o la pisthako es como cualquier ser humano, que siempre aparece en la noche, si quiere atraparle a una victima suele soltar rayos de luz multicolores, la persona que ha caído en su red, inconscientemente se aproxima y luego se tiende en el suelo. La pisthako de pronto, comienza a actuar con sus instrumentos, sacando por el recto la grasa de los riñones que luego coloca en un depósito de cristal, y tapa con una manta, después la pisthako suele elevar oraciones al cielo, junto con la voz de una muñeca que siempre carga consigo. Después, la victima todavía tiene valor de despertar, pero luego de algunas contorsiones deja de existir.
_Pero Nicolás ¿cómo sabes del degüello  que realizan, acaso has pasado alguna vez?
_Así es patrón, yo ya estuve  en las manos de una pisthako, pero tuve la suerte de librarme.
_Pero ¿Cómo?
_Es cierto patrón, yo ya estuve casi inconsciente en el suelo, pero, de repente, reaccione y me metí a la boca una porción de  excremento de mula. La degolladora al verme despierto se fugó.
_Y ¿Qué hacen los pisthakos con la grasa de la gente?
_Papá, cuentan que la grasa de la gente es muy fina y en otros países buscan la grasa para hacer funcionar las máquinas más finas y precisas del mundo. Los gringos pagan en dólares a los pisthakos.
De pronto, los trabajadores se levantaron de lo que estaban sentados para proseguir con el trabajo.
La fama de una mujer comenzó a extenderse por toda la provincia de Urubamba, en las comarcas, caseríos y comunidades la conversación era una: la pisthako Anselma. Los niños en as noches dejaron de jugar a las escondidas por miedo a la pisthako. Los campesinos  dejaron sus tendales por miedo a Anselma. ¿quién es la pisthako Anselma? Es una mujer nacida en las  riberas del rio Vilcanota, al pie de la montaña de Pumawanka, al frente de Pichingoto, en medio de capulíes y maizales y, a muy temprana edad enviudo y siempre mantenía su juventud, sus dientes de choclo, sus mejillas de durazno, sus ojos de capulí, sus senos de pera y una mirada de luna, pues para llenar el estómago  de sus hijos tenia que hacer sus negocios; las primeras andanzas las realizaba a plena luz del día y retornaba después de algunos días de Chinchero, Maras, pampa de anta, arreando su burrito cargado de quesos, papas, habas, para llenar el troje y llevaba  de la quebrada maíz, frutas, chicha, repollos y plantas aromáticas para vender.
  Un día, ala amanecer, Anselma se presentó en la plaza de Zurite vendiendo un poco de maíz, frutas y un poco de plantas aromáticas. De pronto surgió de dentro de la multitud una mujer con algunas copas de aguardiente en la cabeza y, de buenas a primeras, la llenó de insultos diciendo:
_Desgraciada pisthako ¿a qué has venido a mi tierra?, ¿a quien quieres matar? Dime. _La cachetada  a diestra y siniestra. La  gente se aglomeró y luego se produjo un gran tumulto y después le gritaban:
_¡Hay que matarla!. ¡hay que matarla!
De pronto, la noticia llegó a los oídos del único policía del pueblo quien_ llevando su arma reglamentaria- partió al mercado a disuadir a los litigantes; pero como no pudo solucionar el problema, condujo a la mujer a la comisaria con la finalidad de investigar el caso.
La gente había rodeado la comisaria, querían saber el resultado de las investigaciones. El comisario dentro de sus indagaciones, le dijo a la pisthako que le mostrara qué llevaba dentro de su atado; pero la pisthako se negó a entregar su atado; entonces este hecho más le llamo la atención, y pura fuerza, le quito, el atado y  después desató, encontraron en el fondo del atado cosas extrañas. Este hecho le puso muy nervioso, pues se sentía muy inseguro en aquel momento porque en la mente de él estaba muy metida la legendaria pisthako. El policía tomando fuerza de valor le dijo:
_Anselma estás acusada de crímenes, asalto y robo; las autoridades superiores saben de tus andanzas, quisiera que digas la verdad, ¿es cierto que en Wayllabamba, Limatambo y Pisaq has degollado a personas?
_Señor, el cielo que caiga sobre mi, yo nunca he matado a nadie.
-Pero ¿por qué andas de noche? Ahí está la sospecha.
El guardia para darse mayor seguridad sacó del armario un fusil y luego lo puso en el escritorio y, sentado en una silleta tras del dormitorio intentaba anotar toda  manifestación de la mujer. A ella le caían gruesas lágrimas por las mejillas. De pronto tomó valor y dijo la mujer:
_Señor ¿por qué yo camino? lloraba a mares _Señor camino _lloraba y gemía_ porque alguna vez han intentado violarme, se calló y luego se cubrió su semblante con sus mantón.
El guardia al escuchar las palabras finales de la mujer preguntó con el ceño fruncido y voz imperativa:
_Y ¿por qué cargas esa muñeca, la linterna y el cuchillo?
_La mujer nuevamente comenzó a gimotear, pero nuevamente tomó valor y mirando al comisario dijo con  una voz seca:
_Cargo el cuchillo para defenderme de los hombres que me acosan para violarme, y la muñeca para hacer creer a los varones que tengo un hijo y de esta manera puedan respetarme, la linterna para alumbrarme en el camino nocturno por que voy en busca de un bocado para mis hijos.
El policía, no sabía qué hacer con la respuesta de la mujer, pero después de una larga cavilación, determino soltarla a la ñakacho ¿acaso para librarse del problema o por miedo a ella?
Después entonces, la pisthako, no ha sido recapturada. Camina de noche, por los maizales.



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