
Las nupcias entre el dios Sol y la musa Luna, fue el acontecimiento mas grande del universo, porque se derrocho mucha riqueza y participaron todos los dioses de los espacios siderales.
De la unión del Sol y Luna nació el agua. Pero con tres estados hermosos y excepcionales, solidó, líquido y gaseoso. También de sus padres heredó el calor y la frialdad: el calor del Sol y la frialdad de la Luna, su madre le inculco el sentimiento y su padre el pensamiento.
Un día el agua le pregunto a su progenitor:
-padre poderoso del universo vengo a tus pies con todo respeto.
-Que hijo? Dijo el dios – frunciendo los ojos.
-Quiero tu permiso, para viajar por el universo.
-esta bien hijo- dijo el sol.
Y así con el permiso del padre , viajo por el universo., por los caminos en estado sólido, por el aire en el estado gaseoso y, en su estado liquido, jalado por las aguas. Pero la presencia del agua cuando llego a otros mundos, trastocó el equilibrio de las estrellas, planetas, satélites y cometas, porque el agua se introdujo en la vida intima de los astros. Lo que trajo como consecuencia de que los dioses del universo se quejaran ante el Sol.
El padre lleno de ira, llamó a su hijo y le prohibió que salga de la orbita de su padre de lo contrario lo desaparecería con su calor infernal. Y así fue.
Desde que fue castigado el agua empezó a sufrir lo indecible, porque su padre le había quitado la preciada libertad de ir por el universo, en consecuencia se mantenía todos los días sin movimientos (congelado) hasta que le afecto la reclusión.
El dios Sol y la diosa Luna, se encontraban al amanecer y al atardecer porque era el único momento en que podían verse y conversar. Un atardecer la Luna le dijo al Sol:
- Oh, dios poderoso del universo, señor de señores, debo hablar contigo.
- Oh, diosa de la noche ¡de que se trata?
- Oh, dios de dioses se trata de nuestro hijo.
- Oh, blanca diosa, habla de una vez, tengo mucho sueño y debo dormir, camine y camine sin descansar.
- Oh, dios mío, nuestro hijo esta en la etapa de casarse
- Oh, musa ¿de casarse?
- Oh, soberano señor, efectivamente.
- Oh, reina de la noche, ¿con quien podría casarse?
- Oh, venerado señor del universo me he fijado en la humilde y hermosa tierra para nuestro hijo.
El gigante astro, al escuchar a su esposa, sonrió. Era su afirmación tácita. Finalmente antes de partir el dios Sol, habló con su voz solemne
- Oh, diosa de las largas noches, ve donde nuestro hijo y transmítele nuestro pensamiento.
- Esta bien rey del universo.
En la tarde del día siguiente, aun con sueño, se levanto la luna de la alcoba y dialogo con su hijo el Agua quien se encontraba sentado en el lugar asignado por su padre. La Luna dijo:
- Hijo adorado, vengo a conversar seriamente sobre tu futuro. Hijo me deprime, verte todos los días sentado, mirando el Universo.
- Oh madre adorada ¿de que se trata? ¡dímelo!
- Oh hermoso hijo, la única manera de librarse del castigo de tu padre es contrayendo nupcias. Tú sabes hijo, a tu padre no podemos convencerlo para que te cambie de castigo. El es de una sola palabra.
- Oh madre bondadosa, es cierto lo que dices, ¿pero con quien me casaría? ¿Quién se va fijar en mi persona? Tú sabes que recorriendo el universo hice daños a todos los astros y engendre mucha ira en ellos y en mi contra.
- Oh hijo de mis entrañas, yo juntamente que tu padres Dios Sol, nos hemos fijado en una hermosa planeta.
El Agua sumamente preocupado e interesado, hablo de la siguiente manera:
- Madre, diosa de la noche por favor quiero saber ¿de que planeta se trata?
- Adorado hijo se trata de la tierra, planeta lleno de cualidades y de una moral intachable.
- Madre, diosa blanca, gracias por tu apoyo deseo que tu palabra se cumpla.
De pronto la Luna salio hacia el universo, para hacer el recorrido nocturno…A partir de esa fecha el agua comenzó a cortejar a la tierra solamente con una mirada lejana. El agua atraía con su humedad y la tierra con su sequedad.
Los padres de la tierra, hacia un buen tiempo que habían sucumbido. Solamente le quedaban sus ocho hermanos; Neptuno, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y plutón.
Después de un tiempo de romance por fin se realizo la boda entre el Agua y la Tierra, solamente con la asistencia de los padres del agua y los hermanos de la Tierra.
De esta hermosa unión han nacido la vegetación, los animales y el hombre.
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De la unión del Sol y Luna nació el agua. Pero con tres estados hermosos y excepcionales, solidó, líquido y gaseoso. También de sus padres heredó el calor y la frialdad: el calor del Sol y la frialdad de la Luna, su madre le inculco el sentimiento y su padre el pensamiento.
Un día el agua le pregunto a su progenitor:
-padre poderoso del universo vengo a tus pies con todo respeto.
-Que hijo? Dijo el dios – frunciendo los ojos.
-Quiero tu permiso, para viajar por el universo.
-esta bien hijo- dijo el sol.
Y así con el permiso del padre , viajo por el universo., por los caminos en estado sólido, por el aire en el estado gaseoso y, en su estado liquido, jalado por las aguas. Pero la presencia del agua cuando llego a otros mundos, trastocó el equilibrio de las estrellas, planetas, satélites y cometas, porque el agua se introdujo en la vida intima de los astros. Lo que trajo como consecuencia de que los dioses del universo se quejaran ante el Sol.
El padre lleno de ira, llamó a su hijo y le prohibió que salga de la orbita de su padre de lo contrario lo desaparecería con su calor infernal. Y así fue.
Desde que fue castigado el agua empezó a sufrir lo indecible, porque su padre le había quitado la preciada libertad de ir por el universo, en consecuencia se mantenía todos los días sin movimientos (congelado) hasta que le afecto la reclusión.
El dios Sol y la diosa Luna, se encontraban al amanecer y al atardecer porque era el único momento en que podían verse y conversar. Un atardecer la Luna le dijo al Sol:
- Oh, dios poderoso del universo, señor de señores, debo hablar contigo.
- Oh, diosa de la noche ¡de que se trata?
- Oh, dios de dioses se trata de nuestro hijo.
- Oh, blanca diosa, habla de una vez, tengo mucho sueño y debo dormir, camine y camine sin descansar.
- Oh, dios mío, nuestro hijo esta en la etapa de casarse
- Oh, musa ¿de casarse?
- Oh, soberano señor, efectivamente.
- Oh, reina de la noche, ¿con quien podría casarse?
- Oh, venerado señor del universo me he fijado en la humilde y hermosa tierra para nuestro hijo.
El gigante astro, al escuchar a su esposa, sonrió. Era su afirmación tácita. Finalmente antes de partir el dios Sol, habló con su voz solemne
- Oh, diosa de las largas noches, ve donde nuestro hijo y transmítele nuestro pensamiento.
- Esta bien rey del universo.
En la tarde del día siguiente, aun con sueño, se levanto la luna de la alcoba y dialogo con su hijo el Agua quien se encontraba sentado en el lugar asignado por su padre. La Luna dijo:
- Hijo adorado, vengo a conversar seriamente sobre tu futuro. Hijo me deprime, verte todos los días sentado, mirando el Universo.
- Oh madre adorada ¿de que se trata? ¡dímelo!
- Oh hermoso hijo, la única manera de librarse del castigo de tu padre es contrayendo nupcias. Tú sabes hijo, a tu padre no podemos convencerlo para que te cambie de castigo. El es de una sola palabra.
- Oh madre bondadosa, es cierto lo que dices, ¿pero con quien me casaría? ¿Quién se va fijar en mi persona? Tú sabes que recorriendo el universo hice daños a todos los astros y engendre mucha ira en ellos y en mi contra.
- Oh hijo de mis entrañas, yo juntamente que tu padres Dios Sol, nos hemos fijado en una hermosa planeta.
El Agua sumamente preocupado e interesado, hablo de la siguiente manera:
- Madre, diosa de la noche por favor quiero saber ¿de que planeta se trata?
- Adorado hijo se trata de la tierra, planeta lleno de cualidades y de una moral intachable.
- Madre, diosa blanca, gracias por tu apoyo deseo que tu palabra se cumpla.
De pronto la Luna salio hacia el universo, para hacer el recorrido nocturno…A partir de esa fecha el agua comenzó a cortejar a la tierra solamente con una mirada lejana. El agua atraía con su humedad y la tierra con su sequedad.
Los padres de la tierra, hacia un buen tiempo que habían sucumbido. Solamente le quedaban sus ocho hermanos; Neptuno, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y plutón.
Después de un tiempo de romance por fin se realizo la boda entre el Agua y la Tierra, solamente con la asistencia de los padres del agua y los hermanos de la Tierra.
De esta hermosa unión han nacido la vegetación, los animales y el hombre.
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