La victoria moral de Angamos
JAVIER VALLE RIESTRA
El 8 de octubre recordamos el holocausto de Grau en Angamos. Ningún periódico, con excepción de La Razón, se ha ocupado del tema. Una vergüenza. Ocupémonos nosotros siguiendo a Jorge Basadre. Al amanecer del 8 de octubre de 1879, entre Mejillones y Antofagasta, fueron vistos el Huáscar y la Unión por una de las patrullas en que se había subdividido la flota adversaria. Habían evadido nuestras naves ese riesgo, cuando tres buques más aparecieron en lontananza. Eran el Cochrane, el O´Higgins y el Loa. La batalla se hizo inevadible. La Unión se retiró.
Grau hubiese podido, al menos, hundir o embarrancar su buque. No lo hizo. Y afrontó la lucha que empezó a las 9 y 18 minutos. Nuestros disparos hacían mínima lesión en el “Cochrane”, el pesado blindado de tres mil seiscientos toneladas, cuyas balas, en cambio, causaban terrible estrago en nuestro anciano “Huáscar”. A poco, el “Blanco Encalada” participaba en la acción, haciendo su primer disparo ya a seiscientos yardas. Una granada reventó en la torre de mando del “Huáscar” a las 9 y 35 minutos y Grau cayó hecho pedazos, así como su ayudante Diego Ferré.
También murieron luego su sucesor en el comando, capitán de corbeta Elías Aguirre y el teniente 1° José Melitón Rodríguez que lo sustituyo. Otros de los jefes, el teniente 2° Enrique Palacios, que recogió la bandera caída en medio del combate y la restableció en el tope del pabellón, llegó a sumar en su cuerpo catorce heridas para sucumbir más tarde, “luchando en condiciones que en repetidas ocasiones llegaron a ser desesperantes, a causa de que la artillería chilena llegó a destruir dos veces los aparatos de gobierno del blindado peruano y del defecto del espolón del “Huáscar” (dice Ekdahl, historiador militar de la guerra, al servicio de Chile), el buque no sólo supo librarse de los repetidos ataques al espolón de los dos blindados chilenos, sino que tomó resueltamente la ofensiva tratando en el momento oportuno de espolonear al “Blanco Encalada”.
Durante todo el tiempo usó el “Huáscar” su artillería con bastante provecho y persistió, a la vez, con energía incansable en buscar camino libre hacia el Nor Oeste”. Hubo un momento en que la driza que sustentaba al pabellón del monitor fue cortada por una bala; pero arreglado el daño inmediatamente, el pabellón volvió a ser izado al tope. El “Huáscar”, muralla naval del Perú. Eso es heroísmo.
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