lunes, 8 de abril de 2013


LA LLUVIA DE FUEGO
El zorro Antonio encontró al ratón Diego y quiso
 Comérselo. Para salvarse el ratón dijo:
-No, compadre. Ya viene el juicio final y lloverá fuego.
Cavemos un hueco y nos ocultaremos. Después lo tapamos con esta leña. Si tardamos, moriremos los dos.
-¡Bueno! _contestó el zorro y comenzó a escavar-. Día y noche escarbaron. A la mañana siguiente, el ratón dijo que ya empezaba la lluvia de fuego. Entonces, el zorro cobarde se metió en el hueco gritando:
-¡Yo me salvo primero!
El ratón  tapaba con espinas y leña la boca del hueco. Las  espinas pinchaban el trasero al zorro que decía:
-¡Ay me duele, compadre! ¡Que dolor!’’
-Si, compadre, Métete más adentro- dijo el ratón.
Para el Antonio, aquellas punzadas eran la lluvia de fuego. Diego prendió fuego a la leña y se fue.
Con esfuerzo, el zorro se salvó. Salió del hueco con la oreja chamuscada, con el pelo y la cola requemados. Hasta ahora el zorro tiene un color que no es amarillo ni negro. Es color de fuego y humo. Antes era más bonito.

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